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¿Qué hacer en 2021?

Por Daniel Lema Rincón

Comienza 2021, un nuevo año marcado por la incertidumbre y el miedo que nos dejó 2020, pero también, con la esperanza y la promesa de una nueva oportunidad, con la certeza de que las cosas pueden ser mejor y la confianza en que las tornas giren a favor del bien y la libertad.

El 2020 ha sido un año de pruebas a todos los niveles, sobre todo en el personal, ya que nos hemos visto forzados a mirar dentro de nosotros mismos para encontrar las fortalezas y las capacidades que nos han ayudado a vencer todos y cada uno de los obstáculos y pruebas a los que nos hemos visto enfrentados.

Porque fue en la soledad del confinamiento, en el abandono de personas que pensamos eran un apoyo -o personas que pensaban en nosotros como un apoyo-, en la angustia de no poder estar junto a los nuestros en caso de necesidad o en la impotencia de no poder hacer frente a nuestras obligaciones debido al desempleo, la disminución en las ventas, el cierre de negocios o los ERTE que no terminaban de pagar; en fin, cuando sentimos el peso de la realidad,  vimos asomar los colmillos de ese monstruo que es la necesidad, y cuando se dio el quiebre dentro de nosotros para afrontar y salir de las dificultades que se presentaron.

La necesidad es la madre del ingenio, de la innovación y del progreso, nos impulsa a hacer cosas nuevas, a intentarlo una y otra vez, a arriesgarnos a pesar de las posibles consecuencias y del tan temido “qué dirán”, esa madre a la que si escuchamos y hacemos caso, siempre nos va a recompensar con el éxito, con la satisfacción del objetivo cumplido y el orgullo de sabernos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos.

Hemos podido superar este año no sin cicatrices, no sin marcas que de una u otra forma nos recordarán siempre dos cosas muy importantes; la primera, que la vida no sólo es corta, sino imprevisible y por eso, hay que vivirla de la mejor manera, sin dañar a los demás y sin permitir que nadie nos dañe; y la segunda, que es de nosotros de quienes depende que esto sea así.

Pero como todo proceso, esto lleva su propio tiempo. Así como nos enfrentamos a grandes adversidades, hemos tenido nuevas oportunidades, fuimos capaces de ayudar a otros en la medida de nuestras posibilidades, conocimos nuevas personas dispuestas a ayudarnos, a involucrarse, y por supuesto estuvieron los amigos de siempre, esos que a través de los años y a pesar de las circunstancias y la distancia siempre están ahí cuando se les necesita.

A nivel político, también hemos visto y sufrido ataques a nuestra forma de vida, en España, hemos visto el asentamiento de la nueva “casta política”, que llegó al poder sobre un discurso populista y de revancha, así como sobre la mentira y la ambición de poder sin pensar en el interés nacional.

En Venezuela,  continúa  la  consolidación de una dictadura a expensas del hambre, el dolor y la muerte de sus ciudadanos, apoyada en vastas riquezas naturales y el silencio cobarde de gobiernos cómplices y con una oposición política que todavía se debate en luchas internas de poder.

Pero, así como con las personas, los países también han visto un lado humano y positivo que no sólo nos llena de esperanzas, sino que nos invita a asumir nuestra responsabilidad y sumarnos a esa lucha por lo que está bien, por lo que es correcto, por lo que debe ser hecho y dicho para contribuir con el mejor futuro posible para todos, esa lucha que no conoce de ideologías, ni de fronteras.

En España, vimos ante los estragos del COVID, el esfuerzo, la vocación y la entrega de los sanitarios y fuerzas de seguridad por igual, ante el desplome de la economía y la necesidad de miles de familias, la generosidad de las personas con los bancos de alimentos y el apoyo de los gobiernos regionales gestionados por la oposición

En Venezuela, fuimos testigos de la nobleza del ser humano, de la capacidad de dar en medio de tan grande desastre, vimos la solidaridad de los que están dentro y fuera de Venezuela para tratar de ayudar y hacer más llevadero el drama que a diario viven sus ciudadanos. También vimos la solidaridad de varios países que han sido frontales contra la dictadura y su tiranía y han apoyado las iniciativas políticas y sociales destinadas a terminar con esta pesadilla y los esfuerzos políticos de muchos por llegar a acuerdos y tratar de hacer las cosas mejor.

Éstas son las personas y las acciones que debemos rescatar, a las que debemos apoyar y estimular, a las que nos debemos sumar para lograr los cambios que todos queremos y que todos debemos exigir; cada uno de nosotros tiene sus propias luchas, nuestros demonios a los que derrotar; pero, así como tenemos demonios y luchas internas, hay demonios y luchas que se nos presentan a todos como sociedad y  requiere que nos unamos y  organicemos.

Esa lucha, sólo la podremos ganar llevando a cabo nuevas propuestas, pero no propuestas populistas, deben ser propuestas claras, que sumen, donde se le hable de forma directa y sincera a los ciudadanos, donde se les explique que los cambios, si queremos que se hagan bien y que sean duraderos, requieren tiempo, que no hay pócimas mágicas, que todo requiere esfuerzo y sacrificio y en la misma medida requiere autocrítica y la exigencia activa por parte de los ciudadanos de sus derechos y  de las obligaciones de sus autoridades.

El 2021 por supuesto que tendrá sus retos y obstáculos, pero también nos dará nuevas oportunidades a nivel individual y grupal, tomemos las lecciones aprendidas en 2020, apoyémonos en aquellos en quienes podemos confiar. Ayudemos a aquellos que sabemos que lo pueden necesitar, seamos ese punto de apoyo que muchos necesitan, no hace falta hacer mucho, a veces, con un simple mensaje de texto o de voz y  sólo preguntando cómo se encuentran es suficiente para levantar el ánimo de las personas; el saberse recordado, querido y acompañado, muchas veces es suficiente estímulo para continuar el camino, y ese estímulo lo podemos dar todos.

En cuanto a las propuestas, la idea es ver los pros y contras de cada una y su viabilidad. Para esto, es necesario debatir, plantear problemas y compartir ideas; si tienes propuestas para tu comunidad o para tu país escríbeme a través de vocesparalalibertad@gmail.com o @vocesylibertad en Instagram y unamos esfuerzos por hacer mejores sociedades.

Vayan mis mejores deseos para todos en este nuevo año, que la salud esté de nuestra parte y que podamos enfrentar los retos que se presenten con la confianza de sabernos capaces de lograr lo que nos propongamos, sobre todo, si estamos acompañados y organizados. Feliz 2021.

Fuente: iberoeconomía.es

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El 2020 ha sido un año de pruebas a todos los niveles, sobre todo en el personal, ya que nos hemos visto forzados a mirar dentro de nosotros mismos para encontrar las fortalezas y las capacidades que nos han ayudado a vencer todos y cada uno de los obstáculos y pruebas a los que nos hemos visto enfrentados.

Porque fue en la soledad del confinamiento, en el abandono de personas que pensamos eran un apoyo -o personas que pensaban en nosotros como un apoyo-, en la angustia de no poder estar junto a los nuestros en caso de necesidad o en la impotencia de no poder hacer frente a nuestras obligaciones debido al desempleo, la disminución en las ventas, el cierre de negocios o los ERTE que no terminaban de pagar; en fin, cuando sentimos el peso de la realidad,  vimos asomar los colmillos de ese monstruo que es la necesidad, y cuando se dio el quiebre dentro de nosotros para afrontar y salir de las dificultades que se presentaron.

La necesidad es la madre del ingenio, de la innovación y del progreso, nos impulsa a hacer cosas nuevas, a intentarlo una y otra vez, a arriesgarnos a pesar de las posibles consecuencias y del tan temido “qué dirán”, esa madre a la que si escuchamos y hacemos caso, siempre nos va a recompensar con el éxito, con la satisfacción del objetivo cumplido y el orgullo de sabernos capaces de hacer las cosas por nosotros mismos.

Hemos podido superar este año no sin cicatrices, no sin marcas que de una u otra forma nos recordarán siempre dos cosas muy importantes; la primera, que la vida no sólo es corta, sino imprevisible y por eso, hay que vivirla de la mejor manera, sin dañar a los demás y sin permitir que nadie nos dañe; y la segunda, que es de nosotros de quienes depende que esto sea así.

Pero como todo proceso, esto lleva su propio tiempo. Así como nos enfrentamos a grandes adversidades, hemos tenido nuevas oportunidades, fuimos capaces de ayudar a otros en la medida de nuestras posibilidades, conocimos nuevas personas dispuestas a ayudarnos, a involucrarse, y por supuesto estuvieron los amigos de siempre, esos que a través de los años y a pesar de las circunstancias y la distancia siempre están ahí cuando se les necesita.

A nivel político, también hemos visto y sufrido ataques a nuestra forma de vida, en España, hemos visto el asentamiento de la nueva “casta política”, que llegó al poder sobre un discurso populista y de revancha, así como sobre la mentira y la ambición de poder sin pensar en el interés nacional.

En Venezuela,  continúa  la  consolidación de una dictadura a expensas del hambre, el dolor y la muerte de sus ciudadanos, apoyada en vastas riquezas naturales y el silencio cobarde de gobiernos cómplices y con una oposición política que todavía se debate en luchas internas de poder.

Pero, así como con las personas, los países también han visto un lado humano y positivo que no sólo nos llena de esperanzas, sino que nos invita a asumir nuestra responsabilidad y sumarnos a esa lucha por lo que está bien, por lo que es correcto, por lo que debe ser hecho y dicho para contribuir con el mejor futuro posible para todos, esa lucha que no conoce de ideologías, ni de fronteras.

En España, vimos ante los estragos del COVID, el esfuerzo, la vocación y la entrega de los sanitarios y fuerzas de seguridad por igual, ante el desplome de la economía y la necesidad de miles de familias, la generosidad de las personas con los bancos de alimentos y el apoyo de los gobiernos regionales gestionados por la oposición

En Venezuela, fuimos testigos de la nobleza del ser humano, de la capacidad de dar en medio de tan grande desastre, vimos la solidaridad de los que están dentro y fuera de Venezuela para tratar de ayudar y hacer más llevadero el drama que a diario viven sus ciudadanos. También vimos la solidaridad de varios países que han sido frontales contra la dictadura y su tiranía y han apoyado las iniciativas políticas y sociales destinadas a terminar con esta pesadilla y los esfuerzos políticos de muchos por llegar a acuerdos y tratar de hacer las cosas mejor.

Éstas son las personas y las acciones que debemos rescatar, a las que debemos apoyar y estimular, a las que nos debemos sumar para lograr los cambios que todos queremos y que todos debemos exigir; cada uno de nosotros tiene sus propias luchas, nuestros demonios a los que derrotar; pero, así como tenemos demonios y luchas internas, hay demonios y luchas que se nos presentan a todos como sociedad y  requiere que nos unamos y  organicemos.

Esa lucha, sólo la podremos ganar llevando a cabo nuevas propuestas, pero no propuestas populistas, deben ser propuestas claras, que sumen, donde se le hable de forma directa y sincera a los ciudadanos, donde se les explique que los cambios, si queremos que se hagan bien y que sean duraderos, requieren tiempo, que no hay pócimas mágicas, que todo requiere esfuerzo y sacrificio y en la misma medida requiere autocrítica y la exigencia activa por parte de los ciudadanos de sus derechos y  de las obligaciones de sus autoridades.

El 2021 por supuesto que tendrá sus retos y obstáculos, pero también nos dará nuevas oportunidades a nivel individual y grupal, tomemos las lecciones aprendidas en 2020, apoyémonos en aquellos en quienes podemos confiar. Ayudemos a aquellos que sabemos que lo pueden necesitar, seamos ese punto de apoyo que muchos necesitan, no hace falta hacer mucho, a veces, con un simple mensaje de texto o de voz y  sólo preguntando cómo se encuentran es suficiente para levantar el ánimo de las personas; el saberse recordado, querido y acompañado, muchas veces es suficiente estímulo para continuar el camino, y ese estímulo lo podemos dar todos.

En cuanto a las propuestas, la idea es ver los pros y contras de cada una y su viabilidad. Para esto, es necesario debatir, plantear problemas y compartir ideas; si tienes propuestas para tu comunidad o para tu país escríbeme a través de vocesparalalibertad@gmail.com o @vocesylibertad en Instagram y unamos esfuerzos por hacer mejores sociedades.

Vayan mis mejores deseos para todos en este nuevo año, que la salud esté de nuestra parte y que podamos enfrentar los retos que se presenten con la confianza de sabernos capaces de lograr lo que nos propongamos, sobre todo, si estamos acompañados y organizados. Feliz 2021.

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