Los venezolanos se establecieron desde hace un mes en el Parque García Rovira de Bucaramanga. No tienen dónde vivir. Algunos están enfermos y hasta han sido víctimas de robos y discriminación.
Cerca de cien venezolanos permanecen a la intemperie en el parque García Rovira de Bucaramanga. En el lugar hay niños y mujeres en estado de embarazo, que entre cartones y sabanas se refugian del sol y la lluvia. Los inmigrantes del vecino país piden ayuda por parte del gobierno municipal, departamental y nacional.
La situación de hacinamiento para estos venezolanos es realmente dramática. Ellos coinciden en pedir trabajo para pagar un hospedaje digno, y ganar el sustento diario para su familia. Algunas de estas personas permanecen en este parque desde hace un mes, cuando salieron de su país debido a la crisis que generó el presidente Nicolás Maduro.
“Hace 30 días que estoy aquí. Vine a Bucaramanga porque en Venezuela no hay trabajo, ni comida», aseguró un joven, que pidió reservar su identidad.
En el parque García Rovira están divididos en secciones (a, b y c) debido al alto número de venezolanos que acuden a dormir. Las secciones corresponden a los jardines del parque.