Migramos con nuestras costumbres y nuestras palabras, a veces toca acostumbrarse a los nuevos nombres, pero toca adaptarse o correr el riesgo de que nadie te entienda.
Migramos con nuestras costumbres y nuestras palabras, a veces toca acostumbrarse a los nuevos nombres, pero toca adaptarse o correr el riesgo de que nadie te entienda.
Migramos con nuestras costumbres y nuestras palabras, a veces toca acostumbrarse a los nuevos nombres, pero toca adaptarse o correr el riesgo de que nadie te entienda.