Carlys Páez
Venezuela ha sido hogar de la Fe, de la oración y de honor a las costumbres que rinden a Dios, es cierto que no todos se pueden identificar en una sola religión, pero el Dios al que se deben y le rinden devoción ha sido quien ha determinado nuestro ser, nuestro vivir, nuestra tierra de bondad y de buen corazón. Nuestra niñez seguramente siendo testigos de las oraciones y peticiones de nuestras madres y abuelas que no faltaban a esas ya partes de sus costumbres, esas peticiones que aunque por motivos distintos probablemente seguían el fin común de una protegida, sana y mejor Venezuela.
La Fe de Venezuela es esa que construimos, con oración y acción, esa coherencia estando dentro y fuera de ella, no es solo mediante la fuerza de la oración, aunque sino lo han hecho, háganlo luego de unos minutos en calma, de sincera petición y comunicación con tú Dios en el que creas y confíes, luego sentirán la satisfacción de que alguien más poderoso está con cada uno de los Venezolanos y tu estas aportando algo grandioso, tengo plena confianza de un Dios todopoderoso tiene su presencia y mirada sobre nuestra tierra, quien ha hecho de nosotros una población resiliente, mantiene la bondad en muchas personas que aunque parezca casi imperceptible están haciendo tanto por ella, están aportando lo que para ellos con gran esfuerzo signifique un mejor día para otros, eso solo puede ser su poder tocando corazones.
Hoy queremos todos una Venezuela que tenga un futuro como el pasado que muchos de nosotros con la bendición del Señor vivimos, el querer eso ya es la mejor muestra de generosidad en sus corazones, que parte de tú felicidad y tranquilidad es ser testigo de ellas en los rostros y corazones de otros hermanos venezolanos, solo con el reconocimiento de nuestra inferioridad humana ante un poder supremo y dejar los designios de Dios gobierne en nuestros corazones y nos guíe en el forjamiento y construcción de esa Venezuela de oportunidades y humanidad.
Esa Fe que construimos y a la que nos mantengamos leales es la que no permitirá que el mal prevalezca sobre la Venezuela que merecemos y que merecen los niños dueños del futuro y de la que somos partes fundamentales para su creación, esa Venezuela que llegará a florecer será solo en consecuencia de nuestro actuar y accionar, siendo sinceros ante la responsabilidad de la que somos parte.
Demos gracias a Dios por la presencia que significa en la vida de todos y en especial a los que luchan batallas contra el dolor, la frustración, impotencia y desanimo, que los mantenga fuertes, protegidos y pacientes, porque ellos serán testigos de lo que sus almas y corazones sinceramente reclaman, que ellos es sus batallas diarias y esperanzas están gestando la Fe de Venezuela.
Amén.
Venezuela…