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Empresas Polar, símbolo de resistencia en Venezuela

No solo es la inflación o las acusaciones de corrupción, Venezuela enfrenta un problema mucho mayor: el hambre y la desesperación de sus habitantes.

ANDRÉS SCHIPANI

Cuando Lorenzo Mendoza asiste a los partidos de béisbol, las multitudes lo tratan como un jugador estrella. El béisbol es el deporte nacional de Venezuela, y Mendoza, director del productor de alimentos y bebidas con sede en Caracas, Empresas Polar, y alguna vez un ávido jugador aficionado. Su compañía patrocina varios de los principales equipos del país. 

Sin embargo, Venezuela lucha con su peor crisis económica, política y social en la memoria reciente, y su pasión por el deporte no es la razón principal por la que los aficionados lo saludan con ovaciones y cánticos de apoyo. Tampoco es porque su compañía se destaca como un extraño caso de una empresa venezolana resistente en tiempos desesperados, sino porque el mismo Mendoza, se ha convertido en un símbolo de la resistencia. 

Polar emplea a 30,000 personas y es la marca más exitosa de Venezuela. También es la compañía de propiedad privada más grande del país y, posiblemente, la segunda en importancia solamente por detrás del monopolio estatal, Petróleos de Venezuela.

Para un gobierno como el de Nicolás Maduro, es difícil de asimilar su éxito. Los agentes de inteligencia de la policía algunas veces se estacionan frente a sus oficinas sin algún motivo aparente. Los empleados de la compañía informan que los agentes aceptan con entusiasmo las bebidas o bocadillos de Polar que se les ofrece para romper el hielo.

La postura oficial tiene su raíz en el mantra “Oligarcas, tiemblen”, del fallecido presidente Hugo Chávez, quien lanzó su revolución en Venezuela prometiendo despojar del poder a los ricos. Su aparente desagrado por Mendoza llegó al nivel de llamarlo “pelucón” (aludiendo a los aristócratas que usaban bisoñé) y decir que tiene un sitio garantizado en el infierno. 

La contribución de la compañía para el sector de alimentos es tal, que ni Chávez -quien murió hace cuatro años- ni su sucesor, han sentido que es prudente llevar a cabo amenazas de expropiación. ¿El motivo? Los venezolanos apenas pueden dejar pasar un día sin tener en sus manos productos Polar. Estos abarcan desde la margarina y el aceite de cocina hasta la mayonesa y el helado.

Posiblemente, el factor principal que hace difícil asumir el control de Polar, es que desde 1960 produce y empaca Harina PAN, una harina precocida y que es un ingrediente clave para el plato nacional básico: la arepa. Empanadas planas y redondas de maíz, las arepas son tan esenciales para la dieta de los venezolanos como los tacos para los mexicanos, o los sándwiches para los ingleses.

TE RECOMENDAMOS: Venezuela acusa a México de injerencia

Los problemas en Polar, una compañía que disfruta un nivel de aprobación de 90%, de acuerdo con el encuestador local Datanalisis, en comparación con menos de 12% para Maduro, parece ser sintomático de los problemas generales de Venezuela. Largas filas de compradores con la esperanza de encontrar los escasos productos básicos en las estanterías vacías de los supermercados, son una vista habitual en todo el país. El año pasado, los informes de saqueos se volvieron algo común.

Una encuesta aleccionadora que se realizó a productores de alimentos señala que, en 2012, el venezolano promedio comía 30 kilogramos de alimentos al mes, pero que para el año pasado cayó a 12 kilogramos. Polar es, posiblemente, la entidad central en Venezuela, que mantiene alimentada a la gente frente al panorama nacional de escasez.

El año pasado, Mendoza instó al gobierno a dejar de estrangular al sector privado. Maduro respondió en televisión: “si no puedes manejar tus empresas, se las puedes entregar a la gente que sí puede”. El presidente redondeó el comentario al etiquetar al jefe de Polar como un “bandido, ladrón, oligarca, traidor”. 

“Mendoza le temía más a Chávez”, dice un respetado empresario que conoce a Mendoza. “Maduro no tiene la fortaleza para tomar el control de Polar, así que criticar de manera personal es lo único que le queda por hacer”. 

Además, agrega el empresario, el presidente de la nación lo sabe: “pero Mendoza representa la arepa, y atacarlo a él es atacar a la arepa. Aquí en Venezuela eso es arriesgado”. Los chavistas comprometidos también pueden ser seguidores de Polar. “Siento lástima por Maduro”, dice Yulimar Pinto, encargada de conseguir la ayuda para un programa subsidiado de distribución de alimentos en un área pobre en Caracas. “Pero tengo que admitir que la harina precocida de maíz de Polar es la mejor”. 

Tal vez en poco tiempo Yulimar no podrá encontrar su opción preferida en las tiendas si continúan las difíciles circunstancias que hay actualmente. Polar tiene 49% de la capacidad de Venezuela para producir harina de maíz, mientras que el resto es de control estatal. La compañía produce tradicionalmente 50,000,000 de kilos del alimento básico al mes; últimamente tiene suerte, si produce la mitad de eso. 

En 1998, cuando eligieron a Chávez como presidente por primera vez, Mendoza, de 32 años, se convirtió en director ejecutivo de Polar. “Hemos sido una de las mayores empresas privadas de Venezuela por alrededor de dos décadas”, señala.

“Es un venezolano comprometido con Venezuela”, dice Henrique Capriles, quien compitió dos veces sin éxito por la presidencia, una contra Chávez y después perdió por un escaso margen contra Maduro en 2013. Mendoza, dice, es un tipazo. “Desearía que hubiera cientos de empresas Polares en Venezuela”.

“La gente común incluso dice que si el gobierno quiere ir contra Polar, ellos se pondrán de pie y lo defenderán”, afirma un ejecutivo de Polar. “Mientras más nos golpea el gobierno, más nos quiere la gente”.

 

Fuente http://www.milenio.com/financial_times/venezuela-crisis-nicolas_maduro-empresas_polar-ftmercados-negocios_0_935906401.html?print=1

 

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Sin embargo, Venezuela lucha con su peor crisis económica, política y social en la memoria reciente, y su pasión por el deporte no es la razón principal por la que los aficionados lo saludan con ovaciones y cánticos de apoyo. Tampoco es porque su compañía se destaca como un extraño caso de una empresa venezolana resistente en tiempos desesperados, sino porque el mismo Mendoza, se ha convertido en un símbolo de la resistencia. 

Polar emplea a 30,000 personas y es la marca más exitosa de Venezuela. También es la compañía de propiedad privada más grande del país y, posiblemente, la segunda en importancia solamente por detrás del monopolio estatal, Petróleos de Venezuela.

Para un gobierno como el de Nicolás Maduro, es difícil de asimilar su éxito. Los agentes de inteligencia de la policía algunas veces se estacionan frente a sus oficinas sin algún motivo aparente. Los empleados de la compañía informan que los agentes aceptan con entusiasmo las bebidas o bocadillos de Polar que se les ofrece para romper el hielo.

La postura oficial tiene su raíz en el mantra “Oligarcas, tiemblen”, del fallecido presidente Hugo Chávez, quien lanzó su revolución en Venezuela prometiendo despojar del poder a los ricos. Su aparente desagrado por Mendoza llegó al nivel de llamarlo “pelucón” (aludiendo a los aristócratas que usaban bisoñé) y decir que tiene un sitio garantizado en el infierno. 

La contribución de la compañía para el sector de alimentos es tal, que ni Chávez -quien murió hace cuatro años- ni su sucesor, han sentido que es prudente llevar a cabo amenazas de expropiación. ¿El motivo? Los venezolanos apenas pueden dejar pasar un día sin tener en sus manos productos Polar. Estos abarcan desde la margarina y el aceite de cocina hasta la mayonesa y el helado.

Posiblemente, el factor principal que hace difícil asumir el control de Polar, es que desde 1960 produce y empaca Harina PAN, una harina precocida y que es un ingrediente clave para el plato nacional básico: la arepa. Empanadas planas y redondas de maíz, las arepas son tan esenciales para la dieta de los venezolanos como los tacos para los mexicanos, o los sándwiches para los ingleses.

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Los problemas en Polar, una compañía que disfruta un nivel de aprobación de 90%, de acuerdo con el encuestador local Datanalisis, en comparación con menos de 12% para Maduro, parece ser sintomático de los problemas generales de Venezuela. Largas filas de compradores con la esperanza de encontrar los escasos productos básicos en las estanterías vacías de los supermercados, son una vista habitual en todo el país. El año pasado, los informes de saqueos se volvieron algo común.

Una encuesta aleccionadora que se realizó a productores de alimentos señala que, en 2012, el venezolano promedio comía 30 kilogramos de alimentos al mes, pero que para el año pasado cayó a 12 kilogramos. Polar es, posiblemente, la entidad central en Venezuela, que mantiene alimentada a la gente frente al panorama nacional de escasez.

El año pasado, Mendoza instó al gobierno a dejar de estrangular al sector privado. Maduro respondió en televisión: “si no puedes manejar tus empresas, se las puedes entregar a la gente que sí puede”. El presidente redondeó el comentario al etiquetar al jefe de Polar como un “bandido, ladrón, oligarca, traidor”. 

“Mendoza le temía más a Chávez”, dice un respetado empresario que conoce a Mendoza. “Maduro no tiene la fortaleza para tomar el control de Polar, así que criticar de manera personal es lo único que le queda por hacer”. 

Además, agrega el empresario, el presidente de la nación lo sabe: “pero Mendoza representa la arepa, y atacarlo a él es atacar a la arepa. Aquí en Venezuela eso es arriesgado”. Los chavistas comprometidos también pueden ser seguidores de Polar. “Siento lástima por Maduro”, dice Yulimar Pinto, encargada de conseguir la ayuda para un programa subsidiado de distribución de alimentos en un área pobre en Caracas. “Pero tengo que admitir que la harina precocida de maíz de Polar es la mejor”. 

Tal vez en poco tiempo Yulimar no podrá encontrar su opción preferida en las tiendas si continúan las difíciles circunstancias que hay actualmente. Polar tiene 49% de la capacidad de Venezuela para producir harina de maíz, mientras que el resto es de control estatal. La compañía produce tradicionalmente 50,000,000 de kilos del alimento básico al mes; últimamente tiene suerte, si produce la mitad de eso. 

En 1998, cuando eligieron a Chávez como presidente por primera vez, Mendoza, de 32 años, se convirtió en director ejecutivo de Polar. “Hemos sido una de las mayores empresas privadas de Venezuela por alrededor de dos décadas”, señala.

“Es un venezolano comprometido con Venezuela”, dice Henrique Capriles, quien compitió dos veces sin éxito por la presidencia, una contra Chávez y después perdió por un escaso margen contra Maduro en 2013. Mendoza, dice, es un tipazo. “Desearía que hubiera cientos de empresas Polares en Venezuela”.

“La gente común incluso dice que si el gobierno quiere ir contra Polar, ellos se pondrán de pie y lo defenderán”, afirma un ejecutivo de Polar. “Mientras más nos golpea el gobierno, más nos quiere la gente”.

 

Fuente http://www.milenio.com/financial_times/venezuela-crisis-nicolas_maduro-empresas_polar-ftmercados-negocios_0_935906401.html?print=1

 

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