Siguen viviendo su calvario luego de ser cristalizado su deseo o sueño cumplido de retornar a la tierra que lo vio nacer, luego de muchos años de aventura emigrante, de la que algunos con algo de suerte triunfaron. La gran mayoría no corrieron la misma suerte a pesar de entregar lo mejor de su vida y sacrificios lejos de su país y familia. Ello no le impidió el retorno a la tierra que los vio nacer y su gran mayoría lo hicieron contando con el soporte económico de su jubilación otorgada y ganada con sangre, sudor y lágrimas en Venezuela, que durante varios años aquí recibieron por mediación del Banco Santander y que desde diciembre de 2015 no la reciben y nadie quiere asumir responsabilidades sobre el particular.
Hoy nos preguntamos, ¿dónde está nuestra clase política para ayudar a miles de compatriotas que sufren las consecuencias de la descompensación social que afecta a Venezuela y a miles de espeñoles que en ella trabajaron toda una vida y son acreedores de una jubilación o pensión?, pendientes están de lo que hace Trump o de manipular las actuaciones legales de nuestras autoridades en las fronteras para identificar y controlar las avalanchas de indocumentados. Los sufrimientos de nuestros emigrantes legales y amparados por convenios internacionales, solo son denunciables cuando las grandes transnacionales corren peligro y con ello las puertas giratorias que utilizan a nuestros políticos. Este es nuestro caso hoy, que parece a nadie importarle.
Los emigrantes españoles que hoy como ayer toman ese camino son utilizados como conejillos de india para atacar y desprestigiar al gobierno de turno, ignorando por conveniencia política que nuestra historia está refrendada en nuestro ADN de emigrantes de ayer y hoy. Y nada aprendieron de aquel desfase que alejó a nuestra diáspora al instalar el voto rogado que sigue vigente para nuestros emigrantes por el mundo, de casi medio millón solo votó el 4%. Atrás quedará para la historia la transformación que vivieron muchos pueblo de Galicia por la ayuda de sus hijos por el mundo. Son los mismos que hoy claman por ayuda para que le paguen el fruto de su trabajo y nadie responde adecuadamente.
Tal vez llegó la hora que Trump reclama, donde el orden y la cordura debe empezar por proteger a los suyos ante tanta hipocresía progresista con la emigración y los refugiados. Quienes vivimos a su ampara por muchos años sabemos de qué hablamos, donde trabajo, comportamiento e integridad fueron la clave de progreso y supervivencia en un país extraño. Hoy también sentimos la soledad de nuestra clase política y la indiferencia de quienes ejercen las tareas de gobernar, quienes ayer arengamos a nuestros compatriotas para afiliarse al PP hoy nos sentimos traicionados y solo atinamos a pedirle perdón, ya que nosotros fuimos engañados.
Emigrante no hay caminos, estos se hacen al partir, de tu trabajo y comportamiento saldrán las conclusiones pertinentes para sobrevivir e inclusive llegar a triunfar.
Este viernes día 4, a las doce del medio día habrá una manifestación en la Puerta del Sol en Vigo, asiste y respáldanos con tu presencia.
Fuente Atlánticohttp://www.atlantico.net/cartas-al-director/jose-francisco-souto-parada-moana/emigrantes-retornados-pensiones-venezuela/20170202232825570873.html