Por Noé Pernía/Foto de Noé Pernía
El Consulado de la República Bolivariana de Venezuela en Barcelona, España, se blinda frente a los reclamos y protestas de sus connacionales. “Tienen miedo”, revela paraCaraota Digital una fuente vinculada con el servicio exterior.
El pasado miércoles 7 de septiembre de 2016, cuatro policías catalanes con uniforme –sin contar a los de inteligencia que visten como los civiles– se apostaron a la entrada del edificio donde se halla la oficina diplomática en la concurrida Plaza de Urquinaona.
En las últimas semanas, el consulado ha tenido que recibir las incómodas visitas de los pensionados y jubilados a quienes el gobierno de Nicolás Maduro les debe más de nueve meses de pagas. Frente a las respuestas negativas o la indiferencia del servicio exterior bolivariano, ahora temen que se presenten para protestar con mayor contundencia.
Contra el fortín consular se toparon también esta semana los integrantes de la agrupación “SOS Venezuela” para introducir una petición que exige la activación internacional del Registro Electoral.
El cónsul general, Ricardo Capella Mateo, se encontraba en Zaragoza develando un busto en honor a Simón Bolívar junto con cinco de sus funcionarios “cobrando viáticos y hotel”, se quejó la fuente mientras que la organización activista hizo la denuncia en un comunicado público:
“El Consulado sólo permitió el acceso al edificio de dos representantes previa presentación de documento de identidad. El Cónsul, quién solicitó activar un protocolo de seguridad que además incluyó la presencia de la policía nacional española, no recibió el documento por no encontrarse en su oficina al momento de la entrega pero tampoco lo recibieron ninguno de los otros 6 cónsules que trabajan en las mencionadas oficinas”.
Distintas organizaciones han replicado la iniciativa en los otros consulados venezolanos que hay en España pero la respuesta ha sido invariablemente la misma. En los mejores casos reciben las peticiones, pero el miedo parece que es más sensible en Barcelona, donde la oficina de la representación diplomática procura mantenerse de bajo perfil.
Fuente: Caraota Digital