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No me voy, mi apuesta es Venezuela

Mientras la idea de emigrar se apodera de un grupo de venezolanos y la cantidad de compatriotas aumenta en otros países del mundo, en Venezuela hay otro grupo que crece y se fortalece, con la idea de participar en la reconstrucción del país que lo vio nacer y le dio lo que hasta ahora tiene. Con fortaleza, esperanza y fe, aseguran: “No me voy, mi apuesta es Venezuela”.

Escuchar por estos días la frase que hizo famosa el cantante venezolano, Carlos Baute, a finales de la década de los 90´, “Yo me quedo en Venezuela, porque yo soy optimista”, no resulta fácil. “Emigrar”, se ha convertido más que en una palabra repetida, en el objetivo principal de, cada vez, más venezolanos. El país que antaño acogió a tantos inmigrantes europeos, ha despedido a más de 1,6 millones de venezolanos en los últimos 15 años. Sin embargo, hay quienes a pesar de la inflación, el desabastecimiento y la inseguridad, deciden quedarse y apostar por su tierra natal.

Hay venezolanos que teniendo la posibilidad de irse, deciden quedarse

Hay venezolanos para quienes quedarse no es cuestión de conformismo. La idea de contribuir al cambio y estar presentes cuando ocurra, los motiva a seguir viviendo su día a día en Venezuela. Permanecer es una opción, y una oportunidad. Irse sería una solución individual, y quizá temporal; pero quedarse es la manera de conseguir un cambio colectivo y permanente.

Las crisis enseñan y fortalecen, es eso lo que está experimentando parte del pueblo venezolano, para quienes irse en uno de los momentos más difíciles de la historia, ni siquiera se sopesa. Este grupo de personas está convencido de que justo ahora es cuando se necesita la juventud, el entusiasmo, la alegría, la dedicación, el talento, la inteligencia, la perseverancia, el ingenio, la generosidad, el esfuerzo, y tantas características que definen al venezolano.

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Me voy, nos vamos

Expresiones como “me voy”, “nos vamos”, empezaron a ganar terreno hace algunos años en la rutina venezolana. Las fiestas de despedida de amigos y conocidos se hicieron cada vez más frecuentes y un grupo de estudiantes universitarios lo percibió en el año 2011. Su preocupación se transformó en documental, y a su vez, en uno de los primeros registros de migración en nuestro país.

“Caracas, ciudad de despedidas”, mostró la intención de un grupo de jóvenes de irse al exterior, huyendo de la inseguridad y buscando una mejor calidad de vida. Para el momento el video fue objeto de innumerables críticas, particularmente por la superficialidad con que fue abordada la problemática; así como por la manera empleada por los jóvenes para expresar sus inquietudes y aspiraciones. Fueron catalogados como un grupo de sifrinos, sin sentido de pertenencia. Incluso el presidente Chávez hizo su crítica en cadena nacional, consiguiendo encender la polémica.

A casi cuatro años de la difusión del documental, y el revuelo que causó en las redes sociales, son muchos quienes “se han ido demasiado” de Venezuela. La migración de venezolanos es catalogada como un fenómeno sin precedentes en la historia nacional. El que hace unas décadas fue un país de inmigrantes, ahora es de emigrantes y exiliados. De acuerdo al estudio realizado por el sociólogo venezolano, Tomás Páez, en los últimos 15 años la diáspora venezolana se estima cercana al 1,6 millones de compatriotas repatriados por la geografía global, de los cuales el 90% son profesionales.

Explica Páez, que el censo de 1960 revelaba que 15% de la población estaba formada por inmigrantes que provenían fundamentalmente de países europeos. El porcentaje aumentó en los años 70´y 80´ con la llegada de inmigrantes procedentes de países latinoamericanos. Asegura que el inédito fenómeno migratorio se inició con el siglo y con el nuevo gobierno que asume la conducción de Venezuela en el año 1999.

La idea de cambiar Venezuela por otro país para vivir y desarrollarse profesionalmente se ha convertido en la meta de muchos, quienes no avizoran esa posibilidad en el contexto actual. Pero no solo en jóvenes deseosos de ejercer su profesión, sino también en experimentados profesionales ya arraigados en su país, que observan con preocupación el declive económico y social.

No obstante, hay otro grupo de venezolanos, quienes a sabiendas de la difícil situación actual en suelo venezolano, y teniendo la posibilidad real de trasladarse a otra nación, han decidido permanecer aquí, y contribuir al cambio necesario para salir adelante. Para este grupo de personas, huir no es la solución. Están convencidos de que la única manera de hacerlo es trabajando, y quieren estar presentes durante el proceso de transformación.

Fuente: El Diario Los Andes

http://www.diariodelosandes.com/index.php?r=site/noticiaagencia&id=3378

 

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Hay venezolanos que teniendo la posibilidad de irse, deciden quedarse

Hay venezolanos para quienes quedarse no es cuestión de conformismo. La idea de contribuir al cambio y estar presentes cuando ocurra, los motiva a seguir viviendo su día a día en Venezuela. Permanecer es una opción, y una oportunidad. Irse sería una solución individual, y quizá temporal; pero quedarse es la manera de conseguir un cambio colectivo y permanente.

Las crisis enseñan y fortalecen, es eso lo que está experimentando parte del pueblo venezolano, para quienes irse en uno de los momentos más difíciles de la historia, ni siquiera se sopesa. Este grupo de personas está convencido de que justo ahora es cuando se necesita la juventud, el entusiasmo, la alegría, la dedicación, el talento, la inteligencia, la perseverancia, el ingenio, la generosidad, el esfuerzo, y tantas características que definen al venezolano.

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Me voy, nos vamos

Expresiones como “me voy”, “nos vamos”, empezaron a ganar terreno hace algunos años en la rutina venezolana. Las fiestas de despedida de amigos y conocidos se hicieron cada vez más frecuentes y un grupo de estudiantes universitarios lo percibió en el año 2011. Su preocupación se transformó en documental, y a su vez, en uno de los primeros registros de migración en nuestro país.

“Caracas, ciudad de despedidas”, mostró la intención de un grupo de jóvenes de irse al exterior, huyendo de la inseguridad y buscando una mejor calidad de vida. Para el momento el video fue objeto de innumerables críticas, particularmente por la superficialidad con que fue abordada la problemática; así como por la manera empleada por los jóvenes para expresar sus inquietudes y aspiraciones. Fueron catalogados como un grupo de sifrinos, sin sentido de pertenencia. Incluso el presidente Chávez hizo su crítica en cadena nacional, consiguiendo encender la polémica.

A casi cuatro años de la difusión del documental, y el revuelo que causó en las redes sociales, son muchos quienes “se han ido demasiado” de Venezuela. La migración de venezolanos es catalogada como un fenómeno sin precedentes en la historia nacional. El que hace unas décadas fue un país de inmigrantes, ahora es de emigrantes y exiliados. De acuerdo al estudio realizado por el sociólogo venezolano, Tomás Páez, en los últimos 15 años la diáspora venezolana se estima cercana al 1,6 millones de compatriotas repatriados por la geografía global, de los cuales el 90% son profesionales.

Explica Páez, que el censo de 1960 revelaba que 15% de la población estaba formada por inmigrantes que provenían fundamentalmente de países europeos. El porcentaje aumentó en los años 70´y 80´ con la llegada de inmigrantes procedentes de países latinoamericanos. Asegura que el inédito fenómeno migratorio se inició con el siglo y con el nuevo gobierno que asume la conducción de Venezuela en el año 1999.

La idea de cambiar Venezuela por otro país para vivir y desarrollarse profesionalmente se ha convertido en la meta de muchos, quienes no avizoran esa posibilidad en el contexto actual. Pero no solo en jóvenes deseosos de ejercer su profesión, sino también en experimentados profesionales ya arraigados en su país, que observan con preocupación el declive económico y social.

No obstante, hay otro grupo de venezolanos, quienes a sabiendas de la difícil situación actual en suelo venezolano, y teniendo la posibilidad real de trasladarse a otra nación, han decidido permanecer aquí, y contribuir al cambio necesario para salir adelante. Para este grupo de personas, huir no es la solución. Están convencidos de que la única manera de hacerlo es trabajando, y quieren estar presentes durante el proceso de transformación.

Fuente: El Diario Los Andes

http://www.diariodelosandes.com/index.php?r=site/noticiaagencia&id=3378

 

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