Inicio Política Un español, 'olvidado' en las cárceles de Maduro

Un español, ‘olvidado’ en las cárceles de Maduro

Preso Español 2

José Luis Fernández Martín fue encarcelado por por acercarse a ver una manifestación

Los fiscales chavistas le acusaron de dirigir una banda de jóvenes manifestantes

Para sus allegados, el publicista español José Luis Fernández Martín es un prisionero político del chavismo. Para otros, conocedores de su caso, una víctima del surrealismo mágico venezolano. Pero por encima de todo, él se siente un preso olvidado, el protagonista de la increíble historia de los españoles a los que acusaron de conspirar contra Nicolás Maduro simplemente por acercarse a una manifestación en Yaracuy, su ciudad de residencia en Venezuela.

Tras 14 meses y 14 días encarcelado no entiende cómo nadie en España se preocupa de uno de sus ciudadanos, procesado por las protestas de 2014 y señalado inicialmente por el gobierno bolivariano como terrorista y como activista en un plan de magnicidio contra el gobernador de Yaracuy.

«Estoy cansado, esto ya es muy duro. No creo que aguante», confesó Fernández, entre lágrimas, a su abogada, Marlib Tortolero, durante la última audiencia judicial celebrada la semana pasada. La imagen que ilustra esta crónica se tomó durante su estancia carcelaria en Nirgua (Yaracuy), pero desde hace dos meses está ingresado en Uribana, uno de los infiernos en el país de las cárceles salvajes, en las que en 2014 fueron asesinados 309 reclusos y que sufre hacinamiento «crítico», según el Observatorio Venezolano de Prisiones.

Fernández parece hoy un hombre totalmente diferente al de la fotografía: acaba de cumplir 52 años, pero su rostro delata a un hombre envejecido. El calvario de este publicista, nacido en Venezuela y de sangre salmantina, con doble nacionalidad, y de su mujer, Yolanda Lara, natural de Albacete, comenzó en febrero de 2014 durante una quema de neumáticos en San Felipe de Yaracuy, capital de un estado agrícola del interior.

En la cárcel de Uribana fueron asesinados 309 reclusos en 2014, según el Observatorio Venezolano de Prisiones
«Nosotros no hicimos nada, sólo protestar un poco. Mucho menos en nuestro pensamiento hacer daño a nadie», detalló a EL MUNDO durante una de las conversaciones mantenidas vía móvil durante su encierro.

Los fiscales chavistas le acusaron de dirigir una banda de jóvenes manifestantes. Incluso en el bolso de Lara apareció, por arte de magia revolucionaria, un papelito que conminaba a acabar con la vida del gobernador. «A mí me acusaron de activar una red nazi en internet, cuando sólo escribía comentarios críticos en un foro digital», precisó el preso a este periódico.

Yolanda permaneció durante meses en un calabozo del Servicio de Inteligencia Bolivariano (Sebin) mientras su marido era detenido tras una de sus visitas. «Allanaron mi casa y encontraron en medio del salón gasolina, clavos, pólvora negra… Me sembraron… Imagino que vieron en mi Facebook que fui legionario y aprovecharon», explicó Fernández.

Finalmente Yolanda fue deportada a España, tras el sobreseimiento de su causa. Pero contra el publicista comenzó un proceso por instigación a la desobediencia civil y ocultamiento de armas de fuego en la modalidad de explosivo, que puede ser castigado hasta con 20 años de prisión.

«José Luis está preso por estar a la hora y en el lugar equivocados. Fueron sobreseídos algunos delitos y el proceso hasta ahora ha arrojado que no tiene ninguna vinculación terrorista. Confío en el proceso venezolano y considero que habrá una sentencia absolutoria. Cada testimonio, cada prueba, nos aleja de la condena», resume Tortolero.

La abogada ha demostrado que la pólvora encontrada es de comercio lícito y que el prisionero la usaba para sus ejercicios de parapente. De hecho, esta comunidad deportiva se ha convertido en uno de sus grandes apoyos. «Confío literalmente en que la verdad le hará libre», apuntilla Tortolero.

@danilozanomadri

Fuente: http://www.elmundo.es/

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Tras 14 meses y 14 días encarcelado no entiende cómo nadie en España se preocupa de uno de sus ciudadanos, procesado por las protestas de 2014 y señalado inicialmente por el gobierno bolivariano como terrorista y como activista en un plan de magnicidio contra el gobernador de Yaracuy.

«Estoy cansado, esto ya es muy duro. No creo que aguante», confesó Fernández, entre lágrimas, a su abogada, Marlib Tortolero, durante la última audiencia judicial celebrada la semana pasada. La imagen que ilustra esta crónica se tomó durante su estancia carcelaria en Nirgua (Yaracuy), pero desde hace dos meses está ingresado en Uribana, uno de los infiernos en el país de las cárceles salvajes, en las que en 2014 fueron asesinados 309 reclusos y que sufre hacinamiento «crítico», según el Observatorio Venezolano de Prisiones.

Fernández parece hoy un hombre totalmente diferente al de la fotografía: acaba de cumplir 52 años, pero su rostro delata a un hombre envejecido. El calvario de este publicista, nacido en Venezuela y de sangre salmantina, con doble nacionalidad, y de su mujer, Yolanda Lara, natural de Albacete, comenzó en febrero de 2014 durante una quema de neumáticos en San Felipe de Yaracuy, capital de un estado agrícola del interior.

En la cárcel de Uribana fueron asesinados 309 reclusos en 2014, según el Observatorio Venezolano de Prisiones
«Nosotros no hicimos nada, sólo protestar un poco. Mucho menos en nuestro pensamiento hacer daño a nadie», detalló a EL MUNDO durante una de las conversaciones mantenidas vía móvil durante su encierro.

Los fiscales chavistas le acusaron de dirigir una banda de jóvenes manifestantes. Incluso en el bolso de Lara apareció, por arte de magia revolucionaria, un papelito que conminaba a acabar con la vida del gobernador. «A mí me acusaron de activar una red nazi en internet, cuando sólo escribía comentarios críticos en un foro digital», precisó el preso a este periódico.

Yolanda permaneció durante meses en un calabozo del Servicio de Inteligencia Bolivariano (Sebin) mientras su marido era detenido tras una de sus visitas. «Allanaron mi casa y encontraron en medio del salón gasolina, clavos, pólvora negra… Me sembraron… Imagino que vieron en mi Facebook que fui legionario y aprovecharon», explicó Fernández.

Finalmente Yolanda fue deportada a España, tras el sobreseimiento de su causa. Pero contra el publicista comenzó un proceso por instigación a la desobediencia civil y ocultamiento de armas de fuego en la modalidad de explosivo, que puede ser castigado hasta con 20 años de prisión.

«José Luis está preso por estar a la hora y en el lugar equivocados. Fueron sobreseídos algunos delitos y el proceso hasta ahora ha arrojado que no tiene ninguna vinculación terrorista. Confío en el proceso venezolano y considero que habrá una sentencia absolutoria. Cada testimonio, cada prueba, nos aleja de la condena», resume Tortolero.

La abogada ha demostrado que la pólvora encontrada es de comercio lícito y que el prisionero la usaba para sus ejercicios de parapente. De hecho, esta comunidad deportiva se ha convertido en uno de sus grandes apoyos. «Confío literalmente en que la verdad le hará libre», apuntilla Tortolero.

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