El peligro del repunte en la demanda de yuca es que no existe músculo agroindustrial del rubro
Ante la escasez de papas fritas en restaurantes y locales de comida rápida, a un grupo de productores de yuca les está yendo bien. Reyna Albornoz produce y empaca actualmente 2.500 kilos de palitos de yuca al mes para una reconocida franquicia local. En diciembre, le tocó la puerta una gran empresa de alimentos solicitándole 20.000 kilogramos de yuca mensuales. Otro más, le requirió 15.000 kilos y uno más le preguntó si podía entregar 7.000 kilos de yuca listas para freír.
“A todos los coloqué en cola, y los tengo en stand by ”, reconoce Albornoz. “Es demasiada la demanda para la cantidad que logramos producir”, lamenta.
Así como Reyna Albornoz, que solo tiene una firma personal y su negocio es familiar, hay un conjunto de productores, empaquetadores y distribuidores de yuca para freír que han aprovechado la oportunidad para crecer como microempresarios. Su limitación es una sola, no tienen capacidad física ni financiera para cubrir el boom de la demanda.
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